martes, 22 de marzo de 2011

16

De colores, es asi como debiéramos verlo, de colores...He sobrevivido en una vorágine de silencios de significados tan profundos que no he conseguido entender. Es una nueva etapa, que fluye de forma tan continua y silente que parece ser igual que la anterior. Pero hay cambios, existen pequeños matices, ligeras diferencias que marcan una pausa antes de lo que parece una fila interminable de peldaños que conducen realmente a ningún sitio. Hoy no es más que ayer con un nuevo disfraz, y sin embargo es diametralmente opuesto a todo lo anterior. Hoy comienza a ser una palabra carente de sentido, si es que alguna vez lo tuvo. Muchos ahoras, en muchas conversaciones queriendo decir nada, tan efímeros como el acto en sí de pronunciar esa palabra. Llevo demasiado tiempo fingiendo buscar esas nuevas sensaciones que me permitiran ser ese al que sigo desde hace tanto, que no me he dado cuenta de que ni el que soy ni el que quiero ser son figuras estáticas en un dinámico universo, sino más bien, partes dinámicas del mismo.
Hoy no me quiero enamorar,no quiero estar contigo en ningún sitio, quiero que el cambio me envuelva y no me haga embarcarme en una búsqueda para encontrar algo sino que se revele como un descubrimiento consecuencia natural de esa sucesión de "adecuados" que dirijan esta discreta evolución si es que puede llamarse así.
No cuento con muchos de vosotros en este viaje pese a que al principio si fuisteis grata compañía, aunque ahora nuevos compañeros cobijan este proceso infinito de crecimiento poniéndole nombre a los nuevos capítulos de algo que alguien escribe en algún momento y en álgún lugar.
Hace no mucho he redescubierto nuevos espacios, y nuevos tiempos en vuestros ojos, he de agradecéroslo. De no ser por eso los instantes con vosotros, solo habrian sido vacíos y fríos instantes.
Sigo sonriendo, me planteo que es posible que nada de lo que escribo trascienda mucho más allá de las inversiones de tiempo que realizo para teclear en este blog, pero sigo sonriendo porque le gano una partida a la desidia. Y por qué no decirlo, algunos de vosotros habéis leído esta transcripción involuntaria en formato electrónico lo que suscita tantas preguntas que podría reír a carcajadas.
Y entonces, mirando al cielo con la mirada entreverada me dije a mi mismo:
-¿Qué ocurre?
Sin esperar demasiado dije:
-Da igual, solo quiero sonreir. Es posible que dentro de unos segundos estemos luchando literalmente por sobrevivir, o que aparentemente no ocurra nada, en cualquier caso, deseo acumular segundos pintados  con sonrisas.
Volví a sonreir y el monologo hizo más intenso, aún cuando dejó de ser audible, planes y recuerdos mantuvieron, como mantienen habitualmente, un férrea disputa que no toca a su fin.