miércoles, 19 de enero de 2011

15

Sonrisas con fecha de caducidad, momentos afectos por ese cambio perenne que cubre cual manto cada capítulo de nuestras vidas. Dialogos en esa carrera hacia al autoengaño que se aparece como meta cuando no queda nada. Hordas de palabras sin sentido para explicar algo en lo que estoy inmerso sin saber el color de lo que sucede, sin esperar a que al final todo tenga un significado. Caos al fin y al cabo, reconstituyente caos, ese desorden vital que nos proporciona tanta tranquilidad aunque es en sí mismo causa y explicación de tanto que nos ocurre.
Hoy todo puede ser diferente, hoy he previsto no hacer previsiones...sonreir sin más, hasta que esté exhausto de hacerlo. No hacer preguntas, mirar al sol, escuchar el ruido de la ciudad y guiarme solo por mi voluntad serán los mandamientos de esta semana, o quizá no, quizá solo dure una horas dentro de este día. Había perdido la noción de lo que es y lo que puede ser, y no he sido feliz dentro de un mundo colonizado por posibles en tierra de nadie. He querido cambiar un universo que nunca estuvo listo para tal cambio, y el fracaso me ha frustrado, pero solo ha sido una alto transitorio en mi camino. La senda que conduce, sea el que sea, a ese lugar donde se supone que deseo estar está muy lejos de tocar fin.
Solo queda regodearse en lo vano y efímero de todo aquello que nos vemos obligados sentir a diario. Aunque bien visto, puede que sea este el verdadero significado de cuanto nos ocupa, y no somos sino, niños perdidos en una inmensidad de búsquedas hacia algo que deberemos moldear si queremos festejar el éxito.
No creo que en este, ni en ningún otro momento haya nada más reconfortante que no saber qué decir, no entender, o no haber encontrado, pues realmente, es el motor de nuestra existencia no haber llegado a ese destino ansiado.
Algo me lleva a sentir que puedo no pensar en que mañana, sea cual fuere la empresa, existen las mismas posibilidades de llegar a buen puerto o quedar en la cuneta, y eso es tremendamente positivo. Este es un descanso merecido y no pienso levantar la mirada para ver que tiene que pasar. No voy a crear expectativas para autodecepcionarme cuando las mismas no se ajusten a la realidad, y en cualquier caso mientras pueda disfrutaré del triunfo que supone "fracasar" sin un rasero que lo mida.

martes, 4 de enero de 2011

14

No todos los días son tan malos, ni tampoco son tan buenos...en realidad tampoco me gusta esta agenda plagada de días grises. Seguir rodando, he ahí la cuestión. De un tiempo a esta parte vuelvo a encontrarme en ese punto de partida, en medio de ningún lugar y con una extraña sensación de haber hecho nada. Todo eso que tenía un gran significado, no ha significado nada...todas esas personas, todos esos lugares. No puedo evitar echar de menos todos los mundos que he creado de la noche a la mañana, pues a pesar de haberlos creado como algo sólido se han desvanecido, se marcharon sin más.
Las sensaciones se han sucedido de una forma lógica desde la incertidumbre, a la rabia pasando por el fracaso y ninguna de ellas ha querido ser la última, como si involuntariamente hubiera de esperar a algo más para cerrar capítulo; pero no será así.
Solo queda exhalar con fuerza para no volver atrás, para que mi mente se quede en esa media sonrisa que deja fuera todo eso en lo que no quiero pensar.
No quiero pensar en muchas cosas, sobre todo en los "por qués", porque si someto mis historias al escrutinio de la lógica, todo dejará de tener el poco sentido que aún le queda, y no tendré para nada sensaciones positivas.
Invadido por una apatía extrema, sin poder salir de una atardecer emocional que se torna eterno desde donde puedo mirarlo, contemplo el horizonte cubierto por nubes demasiado densas que impiden tan siquiera imaginar que habrá más allá. Período ideal para conocer un poco mejor a todos mis "yoes", a todos esos que no se parecen en nada a mi y que sin embargo son quien soy. Período ideal para saber quien he sido, quien soy y quien seré, si bien es verdad que tengo claro quien quiero ser.
Conversaciones silenciosas mirando el interior de mis párpados, seguramente sintiendo poco o nada eso de ayer, lo de hace un instante y sin pensar lo que vendrá en algunos segundos pero con la certeza absoluta de que al igual que al igual que las ocasiones anteriores no querré ser solo testigo aunque a veces me vea obligado a serlo contra mi voluntad.
Observador, participante...que no me lo cuente nadie, no me gustan las versiones de los demás. Casi cualquier cosa es posible, excepto todas aquellas cosas que no queramos que lo sean.
El mundo se ha configurado en virtud de nuestros deseos, ser consciente de ello es el primer paso para cambiar las cosas.