sábado, 6 de agosto de 2011

20

Es el momento de inspirar a una muchedumbre con un susurro, que tus palabras digan por ti de manera que tengas que volver a decir...La diferencia radica en alimentar la percepción de ese mundo interior inexplorado. Es el paso lógico si tu lógica emite sonidos audibles para ti. Es ese peldaño al que involuntariamente has de alzarte sin que la involuntariedad de muchos de tus actos, circunstancias, personas a tu alrededor te impidan atravesar una puerta que utiliza la distracción como energía para abrirse, y que solo lo hace cuando pudieras ser consciente de haber perdido la oportunidad de cerrarla tras de ti.
Sentí que algo en mi no iba bien, pero no me senté aún sabiendo a ciencia cierta durante una milésima de segundo que caería redondo al suelo; un brillo iluminó los margenes de mi pobre campo visual, pero no miré hacia allí y perdí la ocasión de encontrarme la moneda que recogió aquel niño y que probablemente me habría dado el extra de motivación necesario para ese día; vi como aquella persona importante no fijaba los ojos en mi mientras le contaba aquella estúpida historia, pero mi insulso discurso me impidió preguntarle si se encontraba bien y para siempre hube creado la imagen de alguien al que solo le importaba él mismo....seguro que todos en algún momento hemos experimentado algo parecido...es, aunque mucho menos espectacular (desde ciertos puntos de vista) como en esas películas en las que la escena se detiene y solo se oye la voz en off  del protagonista. 
Bien, pues eso ocurre en el mundo real, si es que después de todo este tiempo alguna de esas dos palabras tiene algún sentido.  
Desde que escribiera la primera entrada de este blog he vivido muchas cosas, he experimentado sensaciones de todos los sabores, pero, y quizá esto sea lo más importante, he aprendido a creer en el poder de creer.
Antes creía en tantas cosas como creía que eran parte de la realidad. Ahora la realidad se ha tornado algo irregular, y en un esfuerzo supino de adaptación por mi parte, creo en todo lo que puede ocasionar el cambio.
No es ese atleta el que corre 40 km y al día siguiente comienza el entrenamiento para su próxima prueba, es ese atleta que en algún momento antes incluso del propio comienzo creyó que todo lo que viviría a posteriori era a priori posible.
Es absurdo comparar la fe ciega de los charlatanes con esa chispa a la que me refiero, son esos 360º que han de quedar cortos para tu mente.
Es la diferencia a la que hacía mención líneas arriba, a esa esencia, a ese mismo motivo por el que no necesitas pensar en que puedes andar, sino solo hacerlo; y no es otro motivo el de que has creido de manera inconsciente que siempre podrás hacerlo el que lo hace todo posible.
Es posible que esta solo sea una nimia reflexión sin estructura, ni objetivo, pero también es posible que sea parte de una verdad evidente, que nace del insomnio y de la ociosidad absoluta por otra parte. En cualquier caso es ahora lo que es ahora, una buena línea de actuación con base en el empirismo que supone vivir nuestra propia vida.
Tendemos a querer volar sin gozar de los necesarios pasos sobre suelo firme para emprender el vuelo, es por eso que en el olvido del origen reside la fuerza de unos recuerdos sin los que la existencia  se convierte en un paso sin color.
Creer es la mitad del acto, no lo es todo. Creer es razón poderosa y condición sine qua non para cualquier suceso posible.