sábado, 8 de octubre de 2011

21

No luches contra esas porciones de existencia que cierran el círculo. Deja que te inunden la tristeza, el arrepentimiento, la culpa...acéptalo, todo eso forma parte de ti. Siéntete mal por un momento, no tiene sentido dejar de ser quien eres, huir de todos esos "tú" que hacen de ti el ser mararivolloso en el que te conviertes con cada aliento en la plenitud de tu existencia. Ten el valor de reconocer que hay muchas cosas de ti que no te gustan, al fin y al cabo, pese a los futiles intentos has sido tú desde siempre, no pudiste escapar de ello en ningún momento. Llega a ese punto 0 que supone descubrir que a pesar de ser un millón de personas, peleas a diario por ser una de ellas, la más perfecta versión de todas, o la más imperfecta...realmente no es importante, porque todas y cada una de las ediciones de tu ser, son tan geniales como cualquier otra.
Somos de hecho, un compendio, una amalgama de variaciones superpuestas que dan lugar al producto que ponemos en el escaparate para el resto del mundo. Menudo trasfondo complejo del que parten palabras tan simples...yo.
El momento perfecto en el que convergen la voluntad de querer crear nuevos colores y el corage de elegirlos todos para poder moldear eso que sin estar completo sería inamovible, se convierte en el instante en el que la intensidad de las sensaciones se hace palpable permitiéndote apartar sucedáneos y comenzar a sonreir no como sistema, sino como consecuencia natural.
Resulta paradójico pensar que el único motor del cambio personal, pase por la aceptación de lo aparentemente inmutable;sin embargo, es ese caracter para la imposiblidad del cambio la que motiva en efecto dicho cambio.
No somos nosotros mismos, hasta que somos nosotros mismos, momento en el que tenemos el poder para decidir ser otros nosotros.
La experiencia dicta un esquema bajo el cual, nos sometemos al irregular e inexplicable vaivén de estados, pero bajo una perspectiva diferente la experiencia no ha de ser un perpetuum mobile, sino un aspecto de la existencia sujeto a las modificaciones, es decir, a la experiencia ha de subyacer la voluntad del cambio, que no es posible sin el conocimiento del objeto del cambio.
El complejo entramado de emociones reprimidas, relaciones castradas y tabúes autopersonales que constituyen la base de nuestras vivencias, no es per sé la estructura de las mismas, sino más bien, un conjunto de concepciones generadas y fuertemente asentadas que no osbtante constituyen solo una de las múltiples opciones.
Se infeliz en algun momento, fluye con ese mar de sensaciones negativas y no trates de controlarlas. Llora, hazlo desconsoladamente y dejate llevar. Asume que por alguna razón que afortunadamente desconocemos, lo negativo es una parte indispensable del todo. No obstaculices la corriente pues llegará el instante en el que la calma coja el testigo, y todo esa negatividad que temías, será ya solo un recuerdo de algo que realmente no era tan malo en si mismo. Será entonces cuando te sumas en un estado de no negatividad, de sonrisas y de positividad que te lleve a la ineludible conclusión de que cuanto menos te interpongas entre tú y tú mismo, más peso tienes en la elección de qué tú quieres ser.