Ya llevaba un tiempo sin ponerme en frente de la pantalla de mi ordenador...De nuevo soy yo, supongo que los que habéis leido ya sabéis quien soy, para los que no, soy Nacho.
He estado pensando todo este tiempo en escribir esta cuarta entrada, he releido las entradas anteriores y entrecerrado los ojos en muchos momentos fingiendo que alguna sensación especial me invadía...pero no. Me han inundado las mismas sensaciones de siempre, no ha habido nada nuevo en todo esto.
Días de despedidas, días de esta es la última vez que..., días de ya nos veremos, días de no me olvides...necesitamos etiquetas de las que con frecuencia nos gusta huir. No sabemos ser sin ellas, hemos de tener una referencia eso que nos dirá quiénes somos y quiénes éramos antes. Es realmente complicado vivir sin una perspectiva, es difícil caminar a un lugar que conozco sin un camino que antes alguien recorriera hacia ese lugar.
Días de despedidas, días de esta es la última vez que..., días de ya nos veremos, días de no me olvides...necesitamos etiquetas de las que con frecuencia nos gusta huir. No sabemos ser sin ellas, hemos de tener una referencia eso que nos dirá quiénes somos y quiénes éramos antes. Es realmente complicado vivir sin una perspectiva, es difícil caminar a un lugar que conozco sin un camino que antes alguien recorriera hacia ese lugar.
No sonrio en este momento. Ya hace tiempo que perdí mi perspectiva, mis etiquetas volaron en un día de viento y sigo sin saber en que consiste todo este juego. Estoy atrapado en una historia que no ha crecido en estos ultimos años, no me he esforzado en engrosar mis experiencias, en mejorar mi discurso simplemente he ido haciendo fácil el relato, tanto es así, que ha perdido un poco el signifcado como cuando repites una palabra hasta la saciedad y descubres que no vale nada por sí misma sino por cómo, cuándo, dónde o a quién se la dices. Es algo que se enquista y crece como un cáncer sin una dirección ni una forma determinada.
Desde hace algún tiempo ronda ya mi cabeza la idea de cómo redirigir todo eso que nos define. Este es el tipico pensamiento existencialista que le dices a alguien con la mirada perdida en sus ojos para impresionarle o para obtener una respuesta obvia de esas que no queremos escuchar, cuando lo que en realidad deseamos es recibir un silencio que refleje incomprensión o admiración. De cualquier modo, darle una nueva dirección a tu historia personal requiere mucho más que un planteamiento vano, supone redescubrirte desde el principio y darte cuenta de que hay demasiadas cosas de ti mismo que no te gustan. Es un buen primer paso, si señor, descubrir cosas de uno mismo o más bien dejar de ocultartelas y así dejar que los demás las compartan contigo. El problema de hacer una introspección profunda es que de reojo miras a las personas que te rodean y dejas de obviar todo eso que no te gusta de ellos.
Últimamente he descubierto muchas cosas de mi mismo que no me gustan,más bien las he recordado. Como soy humano mi primera intención ha sido buscar un responsable y me he enfadado con el mundo por esa persmisividad que en realidad enmascara un cierto grado de indiferencia. Pero por otro lado desenmascararte y reinventarte, además de no ser fácil como proceso, es renunciar a lo que convenientemente has forjado durante toda tu vida. Supongo que seguimos siendo quienes somos porque todavía no sabemos si queremos dejar de ser quien éramos. Desde luego esto es la antítesis de la resolución de cualquier planteamiento.
Tambien podría decir que he descubierto de un tiempo hasta ahora cosas de los demás que no me gustan, pero quizá tendría que hablar de todas esas personas que a medias, son reflejos de todas las cosas que no me gustan de mi mismo.
No quiero dejar de ser quien soy, pero no se exactamente por qué.
Quizá es esta la manera de cambiar mi historia, intentar contarla...
Muy buenas Nacho. Decirte que no he leído tus entradas sería mentirnos a los dos. Pues bien, no las he leído.
ResponderEliminarSolo quería decirte, al abrigo de que te guste, te haga pensar o te sea indiferente (aún sabiendo que no lo será) que, desde mi punto de vista, cada día despertamos queriendo ser algo exento de errores, de mal, de impurezas que duelan a otros y nos dañen a nosotros mismos. Ver ese mal en nosotros nos ayuda a restarle importancia al de los demás y querer meternos en ellos, si de verdad nos importa, para intentar mejorarlo.
Para que tengas otro sitio donde valorar, por muy ínfimo que sea, quiero decirte que ir forjándote cada día no es dejar de lado todo lo que una vez fuiste. Es ser tu mismo en un intento por ser mejor, y en ese camino es donde, a mi parecer, se encuentran los mejores momentos de la vida. No cuando, erróneamente, se cree que ya se es mejor, ni cuando se tira por la borda el deseo de mejorar. Cuando creemos que hemos conseguido algo, estamos condenados a no quererlo. Por eso es ese camino, y esas piedras que sorteamos con nuestro deseo de ser algo mejor, lo que nos ayuda a vivir de verdad.
Sigue escribiendo Nacho, pero ten cuidado, porque llegará un momento en que no podrás dejar de hacerlo. Recuerdos de un amigo, y de los grandes abrazos que le das cada vez que le ves.